lunes, 23 de febrero de 2009

Olvidar


Olvidar es un arte. Es un arte tanto más difícil cuanto más necesario. Pero, ¿para qué retrasar el momento de aprenderlo?
Olvidar es desandar un camino. Un camino tanto más empinado cuanto más fácil fue recorrerlo. Pero, ¿para qué empeñarse en seguir caminando hacia ninguna parte?
Olvidar es soltar lastre. Un lastre tanto más pesado cuanto más preciosos son los recuerdos. Pero, ¿por qué esforzarse en conservarlos cuando la nave del alma zozobra en el mar de la tristeza?
Olvidar es renunciar. Una renuncia tanto más costosa cuanto más altas eran las ilusiones. Pero, ¿para qué cerrar los ojos a la realidad?
Olvidar es saber decir adiós a tiempo y embarcarse hacia otros mares.

domingo, 1 de febrero de 2009

Confidencias

Que la vida es compleja, no es una sorpresa a estas alturas. Que la vida es bonita, tampoco debería serlo, aunque, a veces, lo olvidemos. Que puede haber grandes decepciones, es sabido. Que podemos superarlas, hay que aprenderlo. Que el amor es la clave, ya lo escribió S. Pablo hace muchos años: "El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (1 Cor 13, 4-7).