sábado, 4 de julio de 2009

Mochileros

Se acercan los Sanfermines a marchas forzadas y con ellos llegan los mochileros, o, si queremos decirlo en inglés, que queda más snob, los backpackers.
Son hombres o mujeres, en este caso sí es indiferente (excepto para el uso de los komunak, que, a pesar de las leyes de Bibiana, aquí se siguen instalando a la vieja usanza, o sea unos para ellos y otros distintos para ellas), que se caracterizan por il colgados de una inmensa mochila que los acompaña a todas partes. Y así, duerman, coman o simplemente deambulen por las calles, su fiel compañera nunca los abandona.
Van solos, en pareja o en grupos pequeños, nunca más de cinco o seis. Y convierten en su casa el lugar que en cada momento ocupan, sea una acera, un banco, un parterre, una rotonda, o unos metros cuadrados de un parque, con la salvedad de que esa casa nunca la limpian ellos…
En fin, toda una manera de vivir la fiesta, que deja a la ciudad poco dinero y mucho trabajo.

martes, 30 de junio de 2009

El túnel de Huitzi

Después de varios años, el sábado superé, o mejor dicho, atravesé una de las barreras que hasta ahora se me habían resistido. No es que fuese gran cosa, pero permanecía como una espina clavada en mi orgullo ciclístico.
El último intento se remontaba quizás al año 2002 ó 2003. Lo recuerdo bien. Era un mes de agosto, con Rafa Pérez. Por entonces, aventurarse a entrar allí era pisar terreno verdaderamente desconocido. Había que ir de puntillas… sobre las dos ruedas: arcilla, piedras, baches y agua, mucha agua. Entonces nos quedamos a unos cientos de metros, pero el tiempo se nos echaba encima y el frío nos quitaba las ganas de seguir. Así que no conseguimos llegar a la boca norte.
El sábado me acompañaba Txarlín como compañero de fatigas, después de haberle explicado a su mujer que yo le necesitaba para esa aventura (desde luego, solo no habría entrado). Una linterna para dos, un chubasquero por cabeza y ¡a dentro!
Fue un paseo militar. Desde el principio se notaba que la insidiosa arcilla –terror del que hace bici de montaña– había dejado paso a un firme mucho menos resbaladizo; los baches a una superficie mucho más regular y los enormes charcos de agua, apenas a unos tímidos espejuelos. Visto y no visto: en 10 minutos habíamos pasado.
Supongo que dentro de no mucho tiempo volveremos a cruzar los casi 3 km de este túnel por el que antaño pasaba el Plazaola. Desde luego, todo lo que hay antes y después de esos lúgubres 2.700 metros es una verdadera preciosidad.

sábado, 9 de mayo de 2009

La Comunión de Ini

El viernes 8 de mayo se produjo el desembarco de Gonzalía, no en las playas de Normandía, sino en los pagos de Mirasol, en Can Arderiú. Por tierra y aire llegaron los viajeros, ligeros de equipaje (menos mal!), pero con apetito suficiente para dar buena cuenta de todo lo que apareció en la mesa. Una invasión en toda regla. Y, aunque Nico había preconizado que todos no cabríamos (su casa no es un hotel, a diferencia de la pensión Begoña), al final sí cupimos: eso sí como sardinas en lata.
Lo más importante fue la ceremonia del sábado en el Colegio. Todo muy bien preparado y muy bonito. Inés, elegantísima, con su traje blanco. Eso sí, un poco tímida al principio, por aquello de la falta de costumbre. Los demás, en su sitio, incluido el tío Juan, que al final tuvo que improvisar unas palabras, a petición del Padre Eduardo.
El domingo nos dimos una tregua y nos lo tomamos con más calma. Hubo un generoso tiempo de reposo después de comer para los más cansados, mientras el resto nos divertíamos con las preguntas del Trivial familiar preparado por María. La Bily bala, la bala roja, que se me espanta la vuatireta nos resultó familiar a todos, excepto a Teresa, que debía dormirse al subir al coche con Papá.
Por lo demás, estos días estuvieron llenos de pequeños incidentes. El tío Cas probó su GPS, lo que permitió a los González López hacer turismo por Cataluña antes de llegar a Sant Cugat. Pablito aprendió a jugar al Lugonal, que durante años se praticó en la casa de la Colonia, con riesgo de la cristalera de la sala de estar. El Sporting dejó un mal sabor de boca con su derrota en Almería. Y Cecilia, María y Teresa sufrieron las consecuencias de un rayo cerca de Santander, que retrasó la llegada a Gijón de la expedición.
En fin, unos días inolvidables. Tanto que parece que Nico hará la Comunión bajo secreto pontificio…

sábado, 2 de mayo de 2009

Hola de nuevo

No tengo nada especial que contar, salvo que ayer estuve con gente estupenda en el cumpleaños de la Princesita. Entre ellos el famoso Sergio, así le llamé yo. Famoso porque tiene un blog. Hablamos de esta afición y le comenté que el mío lo tenía olvidado desde febrero.
A los cien días sin actividad te declaran muerto…, me dijo.
Supongo que se trata de una muerte virtual, pero como no quiero que eso suceda, aquí va la entrada del reencuentro.
A la Princesita le regalé una piedra muy curiosa:
una geoda venida de Brasil. Ya hablaré otro día de ella, pero por la imagen podéis haceros una idea de qué va la cosa.

lunes, 23 de febrero de 2009

Olvidar


Olvidar es un arte. Es un arte tanto más difícil cuanto más necesario. Pero, ¿para qué retrasar el momento de aprenderlo?
Olvidar es desandar un camino. Un camino tanto más empinado cuanto más fácil fue recorrerlo. Pero, ¿para qué empeñarse en seguir caminando hacia ninguna parte?
Olvidar es soltar lastre. Un lastre tanto más pesado cuanto más preciosos son los recuerdos. Pero, ¿por qué esforzarse en conservarlos cuando la nave del alma zozobra en el mar de la tristeza?
Olvidar es renunciar. Una renuncia tanto más costosa cuanto más altas eran las ilusiones. Pero, ¿para qué cerrar los ojos a la realidad?
Olvidar es saber decir adiós a tiempo y embarcarse hacia otros mares.

domingo, 1 de febrero de 2009

Confidencias

Que la vida es compleja, no es una sorpresa a estas alturas. Que la vida es bonita, tampoco debería serlo, aunque, a veces, lo olvidemos. Que puede haber grandes decepciones, es sabido. Que podemos superarlas, hay que aprenderlo. Que el amor es la clave, ya lo escribió S. Pablo hace muchos años: "El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (1 Cor 13, 4-7).

domingo, 18 de enero de 2009

Momentos estelares de la humanidad

Hace algún tiempo, mi asesor literario me recomendó este libro. Aún no he terminado de leer la serie de miniaturas históricas que lo componen. Me quedan dos. Pero no me resisto a escribir unas letras para decir, aunque sea con palabras pobres, que es un gran libro.
He recorrido ya muchos siglos, desde los tiempos de la antigua Roma a los del telégrafo. He acompañado a pensadores, estrategas, descubridores, músicos, escritores y hombres de negocios, todos ellos de un gran nivel humano. Y, después de todo esto, esta tarde me he topado con la historia del capitán Scott.
Una historia de contrastes, llena de épica, de sufrimiento, de tesón, de orgullo. El relato de un aparente gran fracaso. Tras mil penalidades, Scott y sus cuatro acompañantes llegan al Polo Sur para descubrir que allí ya ondea la bandera noruega. El sueño por el que habían luchado se desvanece y el regreso a casa fue, en realidad, el camino hacia la patria definitiva. Mirando ya de frente a la blanca muerte, segura e inexorable, que esperaba pacientemente fuera de su tienda de campaña, Scott escribe a su mujer: "Cuánto podría contarte de este viaje. Y cuánto mejor fue emprenderlo, en lugar de quedarme sentado en casa disfrutando de una excesiva comodidad".
Sencillamente grandioso.

domingo, 11 de enero de 2009

Mi blog se ha enfadado

- Me tienes abandonado.
Esto es lo que me ha dicho mi blog cuando he entrado esta tarde para visitarlo. No he podido replicar nada, porque tenía toda la razón.
- ¿Es que no te ha pasado nada en navidades para contar?, me preguntó inquisitivo.
- Sí... bueno... algunas cosas me han sucedido, pero no me han motivado lo suficiente..., dije poco convencido.
- Dirás más bien que te ha dado pereza escribirlas, replicó mi blog con firmeza.
- Bueno..., llámalo como quieras. La inspiración disipa la pereza, como el sol la niebla..., dije con tono nostalgico.
- Déjate de rollos y de poesía barata, me espetó resuelto. Sencillamente me tienes abandonado. ¿No podías haber contado lo de Nicolás en la cama del abuelo, o las proezas de tu ángel custodio buscando aparcamiento debajo de las piedras o algo sobre el dvd del Sporting que te han traido los Reyes...?
- Todavía no me ha dado tiempo a verlo, contesté capeando el temporal.
- Pues no sé a qué esperas. Ya estás yendo a verlo y luego me cuentas.
- Vale. La semana que viene te lo contaré.

domingo, 4 de enero de 2009

Un pez volador


Sobre la pared de un edificio invertido, se proyectaba la sombra de un pez flotando entre dos aguas. ¿Imposible? Preguntádselo al sol, al viento, a la sábana y al cristal de la mesa..., y os dirán que han visto lo mismo que yo.